lunes, 16 de noviembre de 2009

CINCO TENDENCIAS GESTIÓN ESCOLAR

CINCO TENDENCIAS DE LA GESTIÓN EDUCATIVA

La universidad del siglo XXI tiene varios desafíos: afianzar la figura de la autonomía universitaria, establecer un clima democrático, mejorar la calidad de la educación, fortalecer la educación integral, y construir la universidad virtual.
AUTONOMIA
Hoy en día, la figura de la autonomía se caracteriza por perseguir soluciones propias para la población de estudiantes, profesores, familias y el entorno social. Se preocupa por consultar el encargo social que le hace la sociedad a la universidad y la obligación que tiene la misma de revertir conocimientos, investigaciones y aplicaciones que permitan solucionar problemas que aquejan a la sociedad. Esto significa que no basta con mirar hacia adentro, es necesario consultar las necesidades del entorno. Ejercer autonomía requiere articular las dimensiones de la gestión educativa enfatizando en diferentes aspectos de los procesos educativos, de forma tal que puedan integrarse a teorías que aborden las siguientes dimensiones: pedagógica, administrativa, social-comunitaria y política-educativa.

LA DEMOCRACIA

La democratización en la gestión educativa implica una educación para todos así como la existencia de espacios y mecanismos permanentes de participación ciudadana en la planificación, administración y vigilancia de las políticas y decisiones educativas, en cada ámbito de la gestión desde las instituciones educativas hasta el nivel regional y nacional.
El concepto de democracia en la educación sugiere que debe cubrir a todos los estudiantes y profesores, lo que implica desarrollar un ambiente cualitativo de trabajo en las organizaciones educativas mediante la institucionalización de conceptos y prácticas, tanto técnicas como administrativas, capaces de promover la formación humana sostenible y la calidad de vida de estudiantes, profesores y funcionarios técnico-administrativos. En este sentido, el fortalecimiento institucional de las entidades de educación superior deberá impulsar la democratización basado en una política de participación.


LA CALIDAD

La gestión educativa de calidad deberá ajustarse a las nuevas demandas de la ciencia y la tecnología.
Para mejorar la calidad se requiere la planificación de programas de capacitación dirigidos a la formación docente que proporcionen al profesor elementos teóricos y prácticos, ubicados históricamente, que le permitan entender su sociedad y brindar a los estudiantes las herramientas conceptuales que orienten en forma racional, crítica y autónoma. Los programas de capacitación a los docentes serán otro de los retos que tiene la calidad de la educación para cubrir los vacíos y deficiencias que se presentan en este campo. La necesidad de la calidad del trabajo de los educadores, lo cual exige una alta capacitación del docente.
La educación superior debe orientar sus objetivos a diseñar propuestas para la formación profesional, ocupacional y la educación técnica, permitiendo así avanzar en el mejoramiento de la calidad educativa en relación con las demandas de los sectores económicos, planificando y ejecutando acciones que conduzcan a cambios profundos.
Para preservar la calidad educativa se establecerá un sistema de evaluación que permita medir adecuadamente los conocimientos adquiridos por los participantes y beneficiarios del proceso educativo. Introducir una nueva cultura, en los gestores educativos responsables de la formación, sobre los sistemas de evaluación motivando y generando calidad.
La educación superior tiene el deber de hacer investigación, acatando las exigencias del desarrollo científico y tecnológico, aportando recursos humanos altamente cualificados para actuar en la sociedad del conocimiento, con sentido ético y ecológico.

LA FORMACIÓN INTEGRAL

La educación con visión integradora enfatiza en la necesidad de impartir la formación de valores en la educación. Una formación integral es aquella que contribuye a enriquecer el proceso de socialización del estudiante, que fortalece su sensibilidad mediante el desarrollo de sus facultades intelectuales y artísticas, trasciende en su formación moral, abre su espíritu al pensamiento crítico y cultiva en el estudiante los valores de justicia y solidaridad sin los cuales es viable la vida en sociedad.
Los educadores, en general, le prestan más importancia al proceso formativo de habilidades que al proceso de la formación en valores y se agrega el hecho de que los educadores no están capacitados para formar en valores. Para solucionar este problema se requiere capacitar a los docentes en temas éticos y axiológicos.
Formar integralmente al estudiante es favorecer la formación crítica y la capacidad de autoaprendizaje de los jóvenes, así como la asimilación de valores proclives a la democracia, la solidaridad social, el resguardo de los derechos humanos, la no-discriminación sexual, étnica y de cualquier otro tipo, y el respeto al medio ambiente.

LA UNIVERSIDAD VIRTUAL

Para que la universidad virtual funcione requiere de una gestión permanente en la que tanto el rector como las personas que la dirigen, no solo deben de tener altos conocimientos académicos y pedagógicos sino que deben de tener una sólida formación en sistemas de gestión pedagógica, diseño curricular, métodos de evaluación y sobre todo, ofrecer en forma continua pero virtual, los diferentes programas que despierten el entusiasmo de los nuevos asistentes matriculados en la misma.
Capacitar a un claustro de profesores que se adapten a la enseñanza y aprendizaje de los sistemas virtuales, desde el diseño curricular, hasta los métodos y técnicas más adecuados para digitalizar las cátedras y por supuesto, realizar las pruebas a los alumnos matriculados.
Montar la universidad virtual presupone recursos financieros para dotar a las universidades de edificios inteligentes con cableados de banda ancha, salas de computadoras, oficinas para el funcionamiento de la universidad virtual, auditorios de reuniones para orientar a los estudiantes virtuales, el montaje de portales que dispongan de información permanente, revistas virtuales que se conviertan en canales de divulgación, en otras palabras, se trata de avanzar en telecomunicaciones y conectividad, asunto imprescindible en la sociedad del conocimiento. Pero además, se requiere de un equipo humano permanente de directivos, profesores, monitores y auxiliares, expertos en el tema, que son en definitiva los orientadores, responsables y motivadores del programa.

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